Momentos pensativos,
tiempos para pensar.
A veces me digo Y,
confiando en que la A
pueda mostrarme la S
para que entienda la K.
Momentos pensativos,
tiempos para pensar.
A veces me digo Y,
confiando en que la A
pueda mostrarme la S
para que entienda la K.
Me impresiona la excesiva quietud de algunas calles por la noche, se perfilan muertas. Calles vacías, oscuras y solitarias. Sin caminantes, sin voces, sin ruidos, ni siquiera una tenue luz tras un balcón o ventana que indiquen presencia, ninguna señal de vida,… solo silencio. Sigue leyendo Calles muertas
Impactemos,
hagamos de nuestro choque el río
que desborde océanos de fuego.
Sumerjámonos desnudos de disfraces,
que las pieles evaporen al contacto
hasta la última gota de ocultos deseos.
Parece ser que naufragamos
en la búsqueda de libertad,
siempre condicionada
por el yo ante el ajeno.
Me gusta dibujarte garabatos,
yemas de los dedos por pincel
y tú… mi lienzo,
como si fuera blanco.
Esta noche he perseguido estrellas, de las fugaces, en una carrera a dos patas con una jirafa y un elefante.
Quizás no lo sabéis pero, si te acercas demasiado, dan bastante hambre. Desprenden sabor a melón con caricias de melocotón. Sigue leyendo No es mi culpa
Esta mañana recordé la típica frase de que los ojos son ventanas del alma. ¿Qué se verá a través de los míos?, me pregunté.
En mi afán por buscar respuestas, me he fotografiado un ojo. Sí, esas «cosas extrañas» que hago de vez en cuando Sigue leyendo Los ojos, ¿ventanas del alma?
Tu olor viola mi cordura
asesinando a la razón,
se introduce bajo la piel
invocando al animal,
despertando a gritos el hambre
que desata los infiernos.
Impávida boca dirigiendo mis manos,
un peligroso orbe de soldados inquietos,
domando a un ejército de excelso apetito,
ahogando la palabra, gobernando el fuego.