
Búscame en el espacio
de la palabra suspendida,
del camino en la arboleda,
en el pico de una estrella
o en la voz a ras del suelo.
Búscame entre los pliegues
de unas sábanas gastadas,
en el son de una variante,
en la tinta del tatuaje
o en el santo y su museo.
Búscame despacito
o búscame entre secretos.
Búscame donde quieras,
cielo, tierra y universo,
que yo voy donde tú vayas…
allá donde lleguen tus aguas,
al abrigo de tu verbo.
©Flora Rodríguez