Tengo una flor
en el ombligo,
son sus pétalos mis besos,
las caricias de mis caderas,
y el abrazo de mi raíz.
Tengo un jardín
sembrado dentro,
el cual esparzo sin miedo al viento.
Yo soy mi tren,
es mi camino,
y florezco… de mí.
©Flora Rodríguez